A casi todos nos gusta innovar.
Porque innovar es hacer cosas nuevas.
Y porque, cuando estas cosas funcionan, nos dan una ventaja.
A los innovadores les gusta hablar de esas ventajas.
Y algunas personas, a veces, las compran.
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Y sin embargo…
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Hacer cosas nuevas implica riesgos.
De hecho casi seguro conlleva errores, retrasos e incluso acccidentes.
Las bicicletas, los antibióticos, las televisiones. Trajeron problemas hasta que dejaron de hacerlo.
Pero a menudo los innovadores tienden a no avisar sobre esos problemas, que están asegurados por el hecho de crear cosas que no existen.
Y en otras ocasiones, es el que compra el que no quiere entender que con el beneficio viene el sacrificio.
Que si una innovación garantizara el éxito, no sería una innovación.
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Huye de los que quieren tu innovación pero no asumen su precio.