Quizá conozcan la fábula…
Un viajero ve a un lado de la carretera a un hombre que parte piedras golpeándolas con un mazo. Su rostro expresa desdicha y sus gestos, rabia. El viajero se detiene y le pregunta:
¿Señor, qué hace?
Ya ve usted – le responde el hombre – no he encontrado más que este oficio estúpido y doloroso.
Algo más lejos, un segundo picapedrero aparece radiante de felicidad. Sonríe al demoler la masa pétrea y mira placenteramente las lascas de piedra.
¿Qué hace usted? -le interroga el viajero
¿Yo? -responde el hombre- ¡Construyo una catedral!
Picar piedra es costoso pero fácil.
Lo difícil e interesante es no dejar de imaginar la catedral.