Los malos líderes lideran hacia arriba; a quien atienden es a sus jefes.
Los buenos líderes lideran hacia abajo; a quien atienden es a su equipo.
Los malos líderes son una correa de transmisión; lo que viene «de arriba», tal cual lo ejecutan.
Los buenos líderes son amortiguadores; lo que viene «de arriba» lo tamponan con su criterio.