En boca de Nietzsche: Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo.
En efecto, podemos enfrentarnos a las situaciones más duras si tenemos una razón para hacerlo.
Bien lo saben los deportistas, los emprendedores y las madres con tres hijos a su cargo y sin ayuda.
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Y sin embargo…
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Lo difícil es construir una vida en la que existan los porqués.
Es mucho más fácil quedarse en los qués, los cómos, los quiénes, los cuándos y los dóndes.
Nunca es tarde para mirarse al espejo unos segundos y decirlo: ¿por qué?