En tu hospital, en tu oficina, en tu fábrica.
En todos los lugares donde las personas interactúan con un fin común, incluir procedimientos ayuda a que todo funcione mejor.
El Responsable pasa un Documento al Supervisor, quien comprueba su Corrección y envía al Inspector para que Certifique… y así eternamente.
Mirando hacia adelante, los sistemas, los estándares, los protocolos son necesarios.
Reducen los errores. Mejoran la calidad.
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Y sin embargo…
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Constituyen lo que, mirando hacia atrás, llamamos burocracia.
Lo que nos enfada, nos desespera, nos enlentece.
La excusa para no innovar, no resolver, para no trabajar.
Los ministerios y las multinacionales enferman de procedimientos, quitando la libertad de acción a quienes podrían resolvernos los problemas.
Es como si gestionar, al fin y al cabo, no fuera mucho más que encontrar el equilibrio adecuado entre la laxitud y el orden, entre la autonomía y los procedimientos.
Entre la burocracia y su ausencia.